miércoles, 28 de noviembre de 2012

LVII- Parte primera.


Nada me importa más que tú.
No hay saliva en tus palabras.
No hay un no que no pueda tragar.
Dirán que eres la mano del monstruo.
Pero eres la llave que abre todas las puertas.
Nada es cuando no estás.
Tu nada tiene nombre,
El mío. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario