martes, 30 de abril de 2013

LXV

Hace siglos que no estoy tan sola.
Se oscurece el bálsamo caliente de mis venas,
el frío se vuelve templado otra vez,
muere la flor de un solo día,
cae todo hasta sangrar el cielo.

El olor del llanto entra en mi cuerpo,
se apagan velas, se encienden libros,
vuelve la noche de agosto,
y yo duermo sola.

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